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| Savso Spain
Una manera de ahorrar combustible es cambiar de coche por otro más eficiente. La contratación de minicréditos u obtención de dinero en préstamo puede ser una vía interesante a la hora de comprar un vehículo, ya que se trata de un tipo de crédito muy fácil de conseguir.
De todas formas, hay varias maneras más de ahorrar una importante cantidad de dinero, si se tienen en cuenta algunas cosas. Por ejemplo, conducir con suavidad y prever con tiempo los movimientos del resto de conductores constituyen hábitos que pueden hacer que el consumo del coche se rebaje hasta límites más que aceptables.
Algo que se debe hacer es mantener al día las revisiones del coche. La puesta a punto es fundamental en todo automóvil y puede hacer que los consumos se relajen. Sobre todo, en los urbanos, trayectos en los que por norma se disparan los litros de gasolina que se utilizan.
También es importante controlar las cargas que se lleven dentro del automóvil. Hay que evitar llenar el maletero y los asientos con cosas inútiles. A mayor carga, mayor esfuerzo. Por tanto, el motor será menos eficiente. A final de año, el ahorro de combustible puede hacer que se hayan recorrido unos cuantos kilómetros de más.
Igualmente, es muy importante apagar el motor cuando se detenga el vehículo. Si se está en marcha (por ejemplo, en un cruce), no hace falta que se quite la llave; pero sí hay que quitarla, si esa parada es para esperar a alguien o cargar algún bulto. Se recomienda parar el motor, si la detención supera los 10 segundos. Además, se debe evitar la utilización del aire acondicionado. Para ello, se pueden bajar las ventanillas y es posible generar corriente.
También se recomienda viajar con marchas largas. Ello mejora la eficiencia en el consumo al rebajar las revoluciones del motor. Es una gran medida (sobre todo, en ciudad), siempre que el tráfico sea fluido. Otra recomendación consiste en evitar las bacas o los portaobjetos en el techo. La resistencia al viento es otro factor que hace aumentar el gasto de gasolina.
En ciudad y trayectos interurbanos, es fundamental evitar los desplazamientos en horas punta. Si hay mucho tráfico, debido a las frenadas y aceleraciones constantes, la media del consumo aumenta de manera muy considerable. En este sentido, es importante evitar viajar a grandes velocidades, puesto que hace aumentar el gasto.
También afectan circunstancias como no llevar una correcta presión en los neumáticos, lo que también influye en su conservación, y la utilización de carburantes de mala calidad. Esto último, además de al consumo, pone en riesgo al motor. Es importante repostar en estaciones de servicio fiables. De todas formas, ello no implica que se priorice mirar los precios. Hay estaciones muy fiables que sirven combustible a precios muy competitivos.
De todas formas, hay varias maneras más de ahorrar una importante cantidad de dinero, si se tienen en cuenta algunas cosas. Por ejemplo, conducir con suavidad y prever con tiempo los movimientos del resto de conductores constituyen hábitos que pueden hacer que el consumo del coche se rebaje hasta límites más que aceptables.
Algo que se debe hacer es mantener al día las revisiones del coche. La puesta a punto es fundamental en todo automóvil y puede hacer que los consumos se relajen. Sobre todo, en los urbanos, trayectos en los que por norma se disparan los litros de gasolina que se utilizan.
También es importante controlar las cargas que se lleven dentro del automóvil. Hay que evitar llenar el maletero y los asientos con cosas inútiles. A mayor carga, mayor esfuerzo. Por tanto, el motor será menos eficiente. A final de año, el ahorro de combustible puede hacer que se hayan recorrido unos cuantos kilómetros de más.
Igualmente, es muy importante apagar el motor cuando se detenga el vehículo. Si se está en marcha (por ejemplo, en un cruce), no hace falta que se quite la llave; pero sí hay que quitarla, si esa parada es para esperar a alguien o cargar algún bulto. Se recomienda parar el motor, si la detención supera los 10 segundos. Además, se debe evitar la utilización del aire acondicionado. Para ello, se pueden bajar las ventanillas y es posible generar corriente.
También se recomienda viajar con marchas largas. Ello mejora la eficiencia en el consumo al rebajar las revoluciones del motor. Es una gran medida (sobre todo, en ciudad), siempre que el tráfico sea fluido. Otra recomendación consiste en evitar las bacas o los portaobjetos en el techo. La resistencia al viento es otro factor que hace aumentar el gasto de gasolina.
En ciudad y trayectos interurbanos, es fundamental evitar los desplazamientos en horas punta. Si hay mucho tráfico, debido a las frenadas y aceleraciones constantes, la media del consumo aumenta de manera muy considerable. En este sentido, es importante evitar viajar a grandes velocidades, puesto que hace aumentar el gasto.
También afectan circunstancias como no llevar una correcta presión en los neumáticos, lo que también influye en su conservación, y la utilización de carburantes de mala calidad. Esto último, además de al consumo, pone en riesgo al motor. Es importante repostar en estaciones de servicio fiables. De todas formas, ello no implica que se priorice mirar los precios. Hay estaciones muy fiables que sirven combustible a precios muy competitivos.
