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Solicitar préstamos o créditos, ¿cuál es la diferencia?

| Savso Spain


Es habitual que se utilicen la expresiones “pedir créditos” y “solicitar préstamos” como si significaran lo mismo, incluso en ámbitos especializados, aunque en realidad se trata de productos financieros diferentes. A continuación, se detallan las características y particularidades de cada uno de ellos.

¿Qué es un préstamo?

Un préstamo consiste en una cantidad fija de dinero que se demanda a una entidad financiera o a una persona. El importe solicitado más los intereses que se hayan acordado se devolverá dividido en cuotas periódicas iguales, que pueden ser mensuales, semanales o con la periodicidad que se haya pactado.

A la entidad o persona que presta el dinero se la llama prestamista y la entidad o persona que lo recibe es el prestatario. La devolución del préstamo es la amortización del mismo y cada uno de los pagos periódicos que realizamos es una cuota. En cada cuota devolvemos una parte del capital, que es el dinero que se ha solicitado, más otra de intereses, que consisten en un porcentaje calculado sobre el total del préstamo.

Se suelen solicitar préstamos con el fin de adquirir bienes o servicios concretos y financiarlos, es decir, pagarlos poco a poco. Algunas entidades conceden préstamos personales al instante, posibilitando el pago de la matrícula de unos estudios, la compra de un vehículo o para financiar unas vacaciones. Es una buena opción para adquirir algo que necesitamos inmediatamente y pagarlo poco a poco, sin tener que esperar a reunir la totalidad de su importe.

¿En qué consiste un crédito?

Un crédito es una cantidad de dinero que se solicita a una entidad o a una persona pero que no se entrega como en el caso del préstamo, sino que se pone a disposición del cliente para que pueda hacer uso de él a medida que lo necesite, hasta el límite que haya pactado.

Los intereses no se calculan sobre el total de la cantidad solicitada, sino que se van generando a medida que se utiliza el dinero. Finalizado el plazo, el crédito se puede renovar o ampliar, y puede disponerse de nuevo de la cantidad que acordada con la entidad más el importe que no se haya retirado del período anterior, si es el caso.

El tipo de interés que se paga por un crédito suele ser mayor que el de un préstamo, pero debemos tener en cuenta que se calculan los intereses únicamente por el importe utilizado, no por el total solicitado.

Un gran número de empresas pide créditos para ajustar desfases en la gestión de pagos y cobros; también hay muchas familias que encuentran en los créditos rápidos una solución sencilla para cubrir descubiertos, adquirir bienes que necesitan pese a no disponer de liquidez y evitar que queden facturas sin pagar.


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